miércoles, 19 de marzo de 2008

Un a experiencia para compartir: La lectura activa en el aula




No es necesario mencionar estadísticas para describir la realidad de los educandos en cuanto a su rendimiento lector y producción de textos, así como la permanente preocupación del maestro por dar solución a un problema que nos mantiene en vela permanentemente. Sabemos además que estas deficiencias traen de la mano un bajo rendimiento escolar en las diferentes áreas, por lo que la comprensión de lectura no es un problema que afecte sólo al área de comunicación integral.
Pero ¿qué hacer? Era nuestra pregunta, creo yo, que al iniciarse esta experiencia la respuesta vino con un valor agregado ¿cómo hacer?. Y es que no sólo llegó el discurso acostumbrado de los cambios a adoptar esto es: asumir nuevas estrategias de que motiven al alumnado a comprender textos y producirlos, el papel que debe cumplir el maestro en esta difícil tarea; la experiencia trajo consigo aspectos que considero muy importantes y que motivó mi atención:

ü El planteamiento de una evaluación diagnóstica para contextualizar la propuesta a nivel de institución educativa. Considero que en este sentido que la evaluación permitió identificar el nivel en el cual se hallaban nuestros alumnos, es evidente y se manifiesta en los resultados que el nivel literal había alcanzado un alto puntaje y es que durante mucho tiempo asumimos que el comprender un texto se limitaba a identificar personajes, lugares, identificar la organización de los hechos etc. Pero la invitación nos conducía a mirar mas allá y es entonces que los niveles inferenciales y criteriales centraron la atención de nuestro trabajo.



ü Un clima afectivo adecuado y sus implicancias en el proceso de enseñanza aprendizaje, sin lugar a dudas fue este aspecto el que dominó mi atención inicialmente la consistencia con la que se trató este tema dio respuesta a múltiples cuestiones que se encontraban en el aire, todos queremos a nuestros alumnos y que hermoso es saber y comprobar que ese cariño trae consigo respuestas positivas en su aprendizaje, lo que nos lleva destacar que el afecto no sólo desarrolla el dominio socio afectivo.
Una de las estrategias planteadas en el aula fue el cuaderno viajero en el cual los niños se llevaban a casa el cuaderno para presentarse o escribir alguna anécdota y luego compartirla en clase este trabajo fue realizado con mucho entusiasmo por cada uno de los alumnos.
Así mismo ellos no se encontraban solos en este proceso y nosotros tampoco, los padres escribieron una carta a sus hijos y estos se emocionaron al leerla. Otras estrategias fueron “La lonchera compartida” en la cual todos llevábamos algo al aula para compartir y otra fue “El niño del día” donde elegíamos democráticamente a un niño o niña para halagarla durante el día y de este modo hacerlo (a) sentir bien.
ü Estrategias que hacen de la lectura una “Lectura viva” en el aula. Nuestra biblioteca es el centro de atención en el presente año, ya que al llegar a clase colocamos nuestro cartel para que no nos interrumpan, esto hacía sentir muy importante a los niños, y nos ubicábamos ya sea en nuestros asientos o en el piso para dar inicio a la lectura del día, Las estrategias del antes, durante y después hacían de esta una lectura dinámica. Al mismo tiempo que la lectura motivaba otras situaciones como las escenificaciones en el aula, donde no se si concluir que las escenificaciones motivaban la lectura o la lectura motivaban las escenificaciones.

Lic. Johanna Flores Chávez

I.E. 3010 Ramón Castilla

¿Educación en valores?



Concebir a la educación como una práctica basada en la simple transmisión de conocimientos, es asumir un concepto limitado, que no responde a los fines reales de la educación, ni al papel que debe cumplir un auténtico maestro. Esta convicción no es nueva. Ha estado y está presente en los hábitos docentes de muchos profesores. Podemos llegar a la conclusión que la cultura no es el fin, sino el medio del que se sirve el maestro para desarrollar las diferentes capacidades del alumno. La escuela, influye positivamente en la formación personal del alumno ya que, todos aquellos que nos dedicamos a la educación sabemos de la importancia de estimular a nuestros alumnos en sus diferentes capacidades es entonces que los profesores de los diferentes niveles nos enfrentamos permanentemente al duro quehacer que es la formación integral del alumno, este objetivo propuesto en la educación es asumido con motivación por unos, como un desafío por otros; sin lugar a dudas diariamente nos enfrentamos al reto de formar la personalidad de nuestros alumnos; decimos reto puesto que los profesores nos enfrentamos a las influencias que el alumno recibe diariamente de los medios de comunicación y en muchos casos del ambiente donde este se desarrolla esto es delincuencia, extrema pobreza, pandillas juveniles, desintegración familiar etc.
Ya que nuestra labor es formar al futuro ciudadano, es necesario considerar al valor como una respuesta a nuestras necesidades humanas, por ello la Educación en valores se justifica por la necesidad que tenemos los individuos de comprometernos con determinados principios éticos que sirvan para evaluar nuestras propias acciones y las de los demás. Están presentes en la vida cotidiana, los manifestamos mediante conductas y opiniones respecto a determinadas normas sociales.
Los valores sirven para guiar las conductas de las personas, los valores dichos de otra forma son creencias prescriptivas, principios normativos y duraderos que sugieren una determinada conducta.
La educación en valores comporta dos tareas. Una al nivel de argumentación ética es decir “por qué tal cosa” y a nivel aplicativo a situaciones concretas a grupos con ciertas necesidades particulares.
¿Qué entendemos por valor?
La esencia de los valores es su valer, el ser valiosos. Los valores se perciben mediante una operación no intelectual llamada estimación.
Cualquier valor está vinculado a la reacción del sujeto que lo estima; hay alguno más estimable que otros, por tal razón les otorgamos una jerarquía, según esta los valores pueden clasificarse en vitales, materiales, intelectuales, morales, estéticos y religiosos.
Los valores pueden ser realizados, descubiertos e incorporados por el ser humano. Justamente en esta triple posibilidad reside su importancia pedagógica, por ello, podemos hablar de la educación como realización de valores. El descubrimiento, la incorporación y la realización de valores positivos constituyen los pilares de la educación.
Los auténticos valores son asumidos libremente y nos permiten definir con claridad los objetivos de la vida dándole su pleno sentido. Nos ayudan a aceptarnos y a estimarnos tal y como somos promoviendo una relación madura y armoniosa con quienes nos rodean.
La escuela debe interesarse y ocuparse de la educación moral puesto que ella forma parte de la educación integral del alumnado.
Para una educación en valores es necesario una auténtica revisión de los ideales y fines educativos en los cuales consideraremos los valores que proponemos, como inicialmente señalamos estos irán en función de las necesidades de la escuela.
Una educación en los valores en el marco de la escuela, implica aceptarlos en su comportamiento y en situaciones diversas. Para su enseñanza es necesario incidir en la aplicación concreta de los mismos para la orientación de nuestros actos.
La educación en los valores es necesario considerar:
¨ La vida en la escuela toma una gran importancia y deberá quizás modificarse para no contradecir una educación formal en los valores. Ello quiere decir un auténtico compromiso del personal administrativo, personal docente y de la comunidad educativa en general, en este sentido ellos deben establecer un espíritu de concertación, apreciar el pluralismo de opiniones y repensar en lo que consideran su jerarquía de valores al nivel de institución.
¨ Una proposición educativa de los valores no puede hacerse sin una referencia central a la realización plena del hombre. Los valores deben encontrar una confrontación entre una concepción plena del hombre y una visión en conjunto de las realidades sociales.
¨ Finalmente es necesario tener en cuenta reiteraremos que una educación en valores debe formar parte de los pilares educativos siendo estos: aprender a conocer, aprender hacer, aprender a vivir juntos y aprender a ser; lo cual nos llevaría a un replanteamiento de los fines educativos en nuestra escuela.